Mis reflexiones a raíz de batir al mercado durante décadas
Después de haber logrado batir al mercado durante mis primeras décadas cómo inversor, he creído que sería interesante y útil, compartir contigo algunas de las reflexiones que estimo han sido cruciales en la consecución de este hito reservado a unos pocos inversores.
Adicionalmente, al final del artículo, te he dejado una serie de BONUS que son muy interesantes, y que muy poca gente tiene en cuenta.
¿Empezamos?.
La manera correcta de pensar sobre batir al mercado
Creo que una de las mejores decisiones que me han llevado a conseguir este hito que muy pocos logran, fue elegir de forma correcta y a la primera, a mi referente personal en el mundo de la inversión: Warren Buffett.
Al hacerlo, los primeros libros de inversión que leí fueron los de Benjamin Graham, consumado inversor, y maestro de Buffett.
Fue en su libro «El inversor Inteligente», que descubrí el enfoque a mi entender correcto, sobre cómo pensar sobre el mercado, y la posibilidad de batirlo.
Curiosamente, las palabras que me pusieron en el buen camino no fueron del propio Graham, sino las de Jason Zweig (periodista del Wall Street Journal), en un comentario de la edición revisada del Capítulo 8.
En dicho comentario, Jason entrevistaba a un grupo de jubilados en Boca Ratón, una de las comunidades más adineradas de Florida, preguntándoles sí a lo largo de su trayectoria como inversores habían batido al mercado.
Algunos dijeron que sí, otros que no, y muchos respondieron que no lo sabían.
Pero mi «A-Ha Moment» llegó cuando uno de ellos respondió:
«¿Y quién le importa?, lo único que importa es que mis inversiones me han generado suficientes ganancias para acabar viviendo en Boca Ratón!».
Y ahí es dónde lo vi claro: un inversor cómo yo, que pretendía conseguir determinados objetivos vitales gracias a la inversión, debía focalizarse en sus objetivos personales, y no en el mercado.
Si al final lograba conseguir la vida que quería, ¿qué mas daba si había batido al mercado o no?.
El enfoque en la rentabilidad absoluta (no relativa)
La conclusión directa del momento de iluminación anterior, es que lo importante era conseguir una rentabilidad absoluta satisfactoria, no relativa al indice o al benchmark.
Para verlo más claro, mira estos dos ejemplos:
Ejemplo 1: Batir al mercado y perder dinero
En la «Década Perdida» (del 2000 hasta final del 2009), el S&P500 generó una rentabilidad negativa del -21%+ (correspondiente a una rentabilidad negativa anualizada del -2,35%).
Ahora imagina que eres un inversor que batiste al mercado en este periodo, obteniendo un 0% de rentabilidad (has batido al indice que tuvo una rentabilidad negativa del -21%).
¿Estarías contento?. Yo tampoco.
Porque un 0% de rentabilidad no te da para vivir en ningún sitio, y menos en Boca Ratón.
Ejemplo #2: No batir al mercado y ganar dinero
Ahora pongamos el ejemplo contrario. Supongamos que el S&P500, ha dado un 15% de rentabilidad anualizada durante una década.
¿Estarías muy triste si hubieras obtenido un 12% (3 puntos por debajo del benchamrk)?
Más bien lo contrario: habrías más que triplicado tu capital inicial en 10 años.
El valor relativo de batir al mercado
Con mi artículo lo que pretendo remarcar es que batir al mercado es algo que puedes o no conseguir, pero que no debería ser un objetivo principal, ni mucho menos un obsesión, para la mayoría de inversores a nivel particular que buscan obtener ciertos objetivos vitales.
No lo ha sido nunca para mi, y creo que eso ha sido una de las (muchas) claves para lograrlo.
También es importante remarcar que este enfoque lo adopté desde el principio de mi carrera inversora.
Sería más fácil restarle importancia al hecho de batir al mercado, si no hubiera sido capaz de conseguir este hito, cómo bien nos enseña la fabula de «La Zorra y Las Uvas» de Esopo, en la que la moraleja es que a menudo los seres humanos al no poder lograr algo, lo despreciamos o minusvaloramos.
Pero ahí esta la gracia del asunto. Yo lo he logrado, y puedo genuinamente relativizar su importancia, sin caer en el sesgo defensivo que ilustraba Esopo.
Ejercicio: Ahora es tu turno
Si te ha gustado mi artículo no dudes en compartirlo.
También puedes dejar tus comentarios aquí abajo, sobre cual es tu filosofía con respecto a batir al mercado y cómo te ha ido hasta la fecha.
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BONUS TRACKS:
#1 La paradoja del gestor de fondos, y la excepción a la regla
Ya desde joven quedaron claras mis habilidades para la inversión, para mi círculo personal y profesional, y en repetidas ocasiones me han ofrecido gestionar dinero ajeno, en un total agregado de Millones de Euros.
Mi respuesta siempre fue declinar dichas ofertas.
Mi lógica era muy clara: ¿Cómo iba a gestionar el dinero de los demás si todavía no había demostrado inequívocamente que sabía hacerlo bien con el mío?.
Para probar que eres un buen inversor (y no que has tenido pura suerte), debes de superar con éxito y rentabilidad, numerosas crisis. Y esto no sucede de la noche a la mañana. Tienen que pasar años, y más bien unas décadas por lo general.
Así que al principio rechazaba los fondos por no haber pasado suficiente tiempo como para demostrar sin lugar a dudas que era un buen inversor con mi propio dinero.
Y ahora que lo he demostrado, ya no me hace falta gestionar el dinero de nadie.
¿Para qué necesito los fondos y las comisiones de gestión, y todos los problemas asociados a ellos (regulación, diversificación, raporting y compliance, etc…), cuando puedo vivir en sitios paradisíacos disfrutando de la vida?.
Ciertamente es paradójico. Hay miles de gestores de fondos que se lucran y no baten al mercado, y algunos inversores que lo batimos, no tenemos el más mínimo interés en ser gestores de fondos.
Y por cierto, si bien batir al mercado es optativo para el inversor privado, no debería de serlo para el profesional (gestor) que cobra y mucho por hacerlo.
Si no es capaz de generar una rentabilidad superior al indice, debería retirarse, ya que su salario no está justificado por su (falta de) habilidad.
#2- El horizonte temporal correcto para batir al mercado
Otra de las herramientas que me ha ayudado a lograr este hito, es tener una orientación al largo plazo.
Hay gente que mira cada día, semana o mes, cómo va su cartera, y cómo lo ha hecho con respecto al mercado.
Creo que esto es un grave error.
Cuando se trata de compararme con el mercado, yo solo tomo esta medición una vez al final de cada década (10 años).
Los intervalos inferiores pueden estar sujetos a volatilidad, crisis, mercados alcistas, y correcciones puntuales que son difíciles de distinguir del puro azar.
Pero si consigues batir al mercado durante décadas, estas irregularidades se suavizan, y acaban separando la habilidad de la suerte.
Lo que cuenta es el marcador al final del partido, y la inversión no es un partido que dura 90 minutos. En el caso de Warren Buffett, de momento, dura más de 8 décadas.
#3 La actitud correcta para seguir batiendo al mercado
Aunque batir al mercado durante mis primeras décadas cómo inversor es sin duda algo que puede y debe ser celebrado, también creo que se ha de tener la prudencia y la humildad para no cantar victoria todavía.
El horizonte temporal de un buen inversor, suele ser largo (unos 50 años de promedio), y no se puede cantar victoria hasta que haya llegado a su fin.
Y aunque yo ya he cruzado el ecuador de mi horizonte inversor, seguramente todavía quedan muchos años por delante para superar nuevas crisis y pruebas que están por venir.
El pensar que porque haya batido al mercado durante muchos años, tengo garantizado el seguir haciéndolo en el futuro, es la receta infalible para el desastre.
Por lo tanto el seguir aplicando con rigor, humildad, y habilidad, el método que me ha dado muy buenos frutos hasta ahora, es la mejor fórmula que conozco para seguir teniendo una buena probabilidad de conseguir aquello que muy pocos logran.
Así que si bien si es cierto que todavía no puedo cantar victoria, de momento voy ganando. Y si pongo esfuerzo y no me descuido, hay un muy buena probabilidad de no perder la ventaja obtenida hasta ahora y terminar el partido con una clara victoria.
Así que poco a poco, con atención y buena letra. Nada es seguro en esta vida, pero las probabilidades son buenas, si los deberes se hacen bien.